Es un olor el que penetra mis poros a estas horas
Es un sudor con sabor a jazz que provoca
Son unas manos que ensucian lo casto y virginal
Es un beso de frutilla que me despierta y me hace levantar.
Piernas son sus largas cabelleras
Donde la boca se pierde entre tanto colosal
Es su mano que dé a tantear se entrega
En una oscuridad que muestra en un campanal.
Ojos entre abiertos hacia el sur
Con oscuridad y sombras por el norte
El cerrar de ojos impregna
A este par de gemidos en jauría de locos sin celda.
Y su mano entra por donde no tiene el auxilio
Mientras mi boca aúlla los dolores de mermeladas dulces
El manjar que no prueba mi boca va imperando
Dentro de una nueva ciudad de esperantos.
Sus cuerpos son casi unísonos
Donde la entrega los ha vuelto a ser en estas letras uno solo
Son su paleta de colores dispersos
Que hacen el mezclarlos algo más que un tesoro.
Y vuelven los ojos a unirse en despojos
En medio de cuerpos sudoríparos en pleno otoño
Donde el invierno no es bienvenido
Porque el frio no conoce de esos hondos.
Estos cuerpos míos y tuyos han vuelto a ser uno solo
Mezclando lo mejor de la noche y un bolero
Deshaciendo las manos de a un solo beso
Acudiendo a los recuerdos y sueños para ese te quiero.
El baño va siendo la guarida de los exterminios
Donde las huellas van dejando justicia en las sábanas
En medio de humos del tabaco que exhala
La conversación de sonrisas sonrojadas.
Y es que las ganas no les bastan con un solo suicidio
Donde la muerte aligera un sí se puede siempre
En medio de caricias listas para los aconteceres
De las recobradas energías del sur, allá en esos par de dos gemelos sonrientes.
En esta noche estos cuerpos reinan el cielo
En medio de una imaginación exquisita
Donde las bocas se muerden de a lo lejos
Dejando el calor marchito en cada sonrisa.
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