lunes, junio 11, 2007

Saliendo un poco de las tinieblas de la noche.. veo claramente como mis ojos se aclaran al pasar las horas de la madrugada.. temblando por aquel frío que rozan mis mejillas en un aturdido piso frió lleno de tantas huellas como la arena.. huellas que nunca se van.. que traspasan el tiempo haciéndose versos llenos que nublosos cánticos.
Y es que seguía ahí.. sollozando, totalmente desnuda, siendo acariciada por un viento extraño que a veces llega a mi sin poder reconocerlo, sin poder olerlo, sin poder evitar, llega como aves picoteando en la nada, como letras que vuelan entre las nubes pidiendo a gritos ser encontradas para así formar canciones, versos, poesías.
Observando la plenitud del cielo que impera sobre mi.. va cayendo de a poco en mis pesados remordimientos, reconociendo el llanto estupefacto que habitaba en ese momento en mis manos, me grita de a lo lejos, me desespera, y huyo cual cobarde que no lo es, huyo como el viento del cual estaba esperanzada una vez, huyo otra vez.
Y por qué me preguntan las aves, un por qué esperanzado ser respondido, como si no supiera que por aquella respuesta es que esta aquí de nuevo, como si no supiera que ha muerto entre los vivos, como si no supiera que es culpable de perder entre las sombras su tan anhelada respuesta.
Ella esta conmigo.. y no pretendo soltarla, al hacerlo llegan las esperanzas totalmente destruidas.