Empiezo a enamorarme de la casualidad de tenerte en mi cabeza cuando descubro que he estado en la tuya.
Empiezo cuestionarme que el encontrarte y conocerte es cuestión de ver más lunas encima de mis pensamientos.
Empiezo a mirarte en cada cuerpo u ojos extraños que conozco.
Empiezo a escribirte en el mural de mis sueños, deseando que aparezcas y dedicarte estas horas sin sueño que desvelo.
lunes, mayo 16, 2011
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