domingo, mayo 30, 2010

Sabinadas con frío

(ilustración/web)


Yo por los excesos solo siento nostalgia.

Este castigo, este sin ti tan amargo.

Ahora yo queria quererla querer pero ella no.


Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo; más de un beso me dieron, y más de un bofetón.

A este ruido tan huerfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir, este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca; estos ojos no lloran más por ti.

Lo que se del olvido lo aprendi de la luna, lo que se del pecado lo tuve que buscar.

Este hacerse mayor sin delicadeza, estos besos de Judas, este calvario, estas ganas de todo menos de ti, esta sala de espera sin esperanza, esta empresa de mudanzas con los muebles del amor, esta ruina de Don Juan; estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación... Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir "con Dios" a los dos nos sobran los motivos.

Por el bulevar de los sueños rotos pasan de largo los terremotos y hay un tequila por cada duda.

Se escapó de una carcel de amor, de un delirio de alcohol, de mil noches en vela.

Incluso en estos tiempos veloces como un cadillac sin frenos, todos los días tienen un minuto en el que cierro los ojos y disfruto echándote de menos.

El aire que respiro es un problema que no tienen los muertos.

Incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera, todos los días tienen ese instante en que me jugaría la primavera por tenerte delante.

Métete por el rabo tus consejos, todavía no escupen los espejos ni dejo la canción para mañana.

Incluso en estos tiempos de volver a reír con los amigos, todos los días tienen ese rato en el que respirar es un ingrato deber para conmigo.

Bendita sean las raras excepciones,..., los muertos que se mueren con las ganas.

...Y se iría el dolor mucho más lejos si no estuvieras dentro de mi alma.

Incluso en estos tiempos triviales como un baile de disfraces, todos los días tienen unas horas para gritar al filo de la aurora, la falta que me haces.

Incluso en estos tiempos de aprender a vivir sin esperarte, todos los días tengo recaídas y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte.

Solo puedo pedirte que me esperes, al otro lado de la nube negra, allá donde no quedan mercaderes, que venden soledades de ginebra.

Tu olvido es un descuido de mi pasión.

Tu mente es un crucigrama sin terminar.

Por tu cintura sale el sol más temprano y se muere el verano cuando te vas.

Tu cama se inventó para no dormir.

Se borraron las pisadas, se apagaron los latidos,..., descubrieron que los besos no sabian a nada.

...Y en otros ojos me olvidé de tu mirada, y en otros labios despiste a la madrugada y en otro pelo me cure del desconsuelo que empapaba tu almohada, y en otros puertos he atracado mi velero, y en otros cuartos he colgado mi sombrero; y una mañana comprendí que a veces gana el que pierde a una mujer.

Yo no jugaba para no perder, tu hacias trampas para no ganar.

Se marcó la calle con aquel detalle de dejarnos solos.

Hace falta cosquillas para serios, pensar despacio para andar deprisa, dar serenatas en los cementerios muriéndonos de risa.

Es mentira que sepan a vinagre los besos sin amor.

Mejor que yo miente la necesidad; sabe de sobra como hacerte llorar; mi crimen fue vestir de azul el principe gris; yo solo pretendí comer reina con alfil.

Pidele cuentas a la pura verdad que no se pringa, que no tiene piedad; yo solo me colgué medallas que no gané.

Yo soy un tipo duro con voluntad de hierro que sale a la calle provocando al futuro.

El amor cuando no muere mata y amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste; yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, es que mueras por mi.

Me muero de ganas de decirte que te quiero y no quiero que venga el destino a vengarse de mi y prefiero la guerra contigo al invierno sin ti.

Se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo y puede que no exista el sitio adonde voy.

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado, del calor de la lumbre del hogar me aburrí, también en el infierno llueve sobre mojado, lo sé porque he pasado más de una noche allí.

Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.

Era tan pobre que no tenía mas que dinero.

No te perfumes con palabras para consolarme.

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

Aquellas banderas de la patria de la primavera a decirme que existe el olvido esta noche han venido.

Soy muy mal novio, un pésimo amante y peor marido. Pero soy un estupendo amigo.

Algunas veces busco un adjetivo, inspirado y posesivo, que te arañe el corazón.

Luego arrojo mi mensaje, se lo lleva de equipaje una botella, al mar de tu incomprensión.

Suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna, y le hablo de esa amante inoportuna que se llama soledad.

Cuanto más le doy ella menos me da, por eso a veces tengo dudas, ¿no será un tal Judas el que le enseñó a besar?

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños.

El agua apaga al fuego y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.

Me enamoro de todo, me conformo con nada; un aroma, un abrazo, un pedazo de pan...

Y si amanece por fin y el sol incendia el capó de los coches, baja las persianas; de ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche hoy por la mañana.

Anda, deja que te desabroche un botón; que se come con piel la manzana prohibida, y tal vez no tengamos más noches...y tal vez no seas tú... la mujer de mi vida.

Y yo que nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer, del cuello de una nube aquella madrugada me colgué.

De repente, tu dedo en mi espalda dibujó un corazón y mi mano le correspondió debajo de tu falda.

Si eres alérgico a los desengaños olvídate de esa mujer.

Para mentiras las de la realidad, promete todo pero nada te da. Yo nunca te mentí más que por verte reír.

Una casa sin ti es una emboscada, el pasillo de un tren de madrugada.

Sabes mejor que yo que hasta los huesos sólo calan los besos que no has dado.

Tu colección de ciudades otros la cobran, yo canto mis soledades porque me sobran.

Derrapé en las noches duermevela de los hoteles pagando aranceles. Me cansé del run run, los palmeros y los caireles, con lo que eso duele.

¿Quién dijo que hoy es múltiplo de antes y el ego un envidioso maldriado. Qué maldición separa a los amantes que no se han olvidado.

El sol es una lagrima en un ojo que no sabe llorar.

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

Han pasado los días como hojas de libros sin leer.

Mi primer laberinto se llamaba mujeres, mi primer mandamiento se llamaba no quiero.

Me pido primer para desertar de los que saben negociar tablas en el ajedrez, que no te quiten la sed los que hablan sin respirar.

Cuando busco el verano en un sueño vacio, cuando el amanecer es otra noche helada, cuando ya no se ama ni lo que se celebra, cuando es tiempo perdido preguntarme ¿que pasa?, solo puedo pedirte que me esperes al otro lado de la nube negra.

Maldita sean las pilas que me hacen trasnochar.

Me falta un corazon, me sobran 5 estrellas de hoteles de ocasion.

Me falta una verdad, me sobran cien excusas.

Lo peor del amor es cuando pasa,cuando al punto final de los finales, no le quedan dos puntos suspensivos…

Sigo esperando en el mercado de ocasión una opinión de quita y pon, una razón para ir tirando, una canción capaz de hacer de tripas corazón.

Tan vecinos y tan lejos, verte y no verte; tan jovenes y tan viejos, muera la muerte.

Porque siempre hubo clases y yo soy el hombre invisible que una noche soño un imposible parecido al amor.

Porque el mundo es injusto, chaval, pero si me provocan yo también sé jugarme la boca, yo también sé besar.

Que gane el quiero la guerra del puedo.

Que no te duermas con cuentos de hadas que no te cierren el bar de la esquina.

Cada día al despertarme me gusta resucitar, a quien quiera acompañarme le cambio versos por penas.

La paz que has elegido es peor que mi guerra.

Paso de la falsa belleza igual que el sabio, que no cambia París por "Cervera".(Cervera es mi pueblo)

Como contarte que al tren del desconsuelo si subes no es tan fácil bajar.

Me cansé de los desamores que duelen.

Y ya nadie me escribe diciendo: "no consigo olvidarte".

Enamorarse un poco más de la cuenta es una mala inversión.

Algunas veces vuelo y otras veces me arrastro demasiado a ras del suelo.

Que disparate de partida de ajedrez con una partenaire adicta al jaque mate.

Invisible entre la gente, condenada a ser decente.

Excepto la de la imaginación había perdido todas las batallas.

Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo.

La soledad es la ecuación de la vida moderna... llorando (ahí) al otro lado del espejo.

Abriga más cuando es furtivo el amor.

Duele verte remover la cajita de cenizas que el placer tras de sí dejó.

Lo peor del amor cuando termina,son las habitaciones ventiladas,el puré de reproches con sardinas,las golondrinas muertas en la almohada.

Aunque convalesciente todavía del vicio de soñar eternamente, ya no llevo un anzuelo entre los dientes, ya no em dueles tanto cada día.

Todos lo días tengo recaídas, y aunque quiera olvidar, no se me olvida, que no puedo olvidarte.

Y si de verdad me amas no habrá casoria ¿para qué?, con dos en una cama sobran testigos, cura y juez.

Hay caprichos de amor que una dama no debe tener.

Ayer no me querías, hoy no te quiero, mañana no tendremos a quien querer.

Ni yo mato por celos, ni tú mueres por mi, antes de que me quieras como se quiere a un gato, me largo con cualquiera que se parezca a ti.

Duermo y dejo la puerta, de mi habitación abierta, por si acaso se te ocurre regresar.

Y sal ahí a defender el pan y la alegría y sal ahí para que sepan que esta boca es mía.

La llama que me quema cada vez que te veo, me dice que es absurdo programar el deseo.

Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar.

Quiero y no puedo pisar el acelerador mirando en el retrovisor los semaforos del miedo.

¿Qué importa que nos acabemos de conocer?, así podrá el azar jugar también su papel.

La muerte es una amante despechada que juega sucio y no sabe perder.

Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras, que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras.

Que no salgo a buscarte porque sé que corro el riesgo de encontrarte.

Y después de tí lunas y lunares, la vuelta al calcetín, las sabanas impares.

Y así fue como aprendí que en historias de amor conviene, a veces, mentir que ciertos engaños son narcoticos contra el mal de amor.

Cuando siento piedad por sentir lo que siento, cuando no sopla el viento en ninguna ciudad, cuando ya no se ama ni lo que se celebra, cuando la nube negra se acomoda en mi cama.

Benditas sean las raras excepciones, los moratones de los vulnerables, los labios que aprovechan los rincones mas olvidados mas inolvidables.

Mi musa se marcho, sin decir me voy, creo que es la princesa del cuento que jamás pudo ser.

No hago otra cosa que pensar en ti, por alagarte y para que se sepa, tomé papel y lapiz y esparcí las prendas de tu amor sobre la mesa.

El vicio es un error de calculo en la busqueda de la felicidad.

Mañana será otro día, volveré a ser el fantoche de calle melancolía.

Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera, si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera.

No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido deshacer las maletas del olvido?

Pero no sé que daría por tenerla ahora mismo, mirando por encima de mi hombro lo que escribo.

Puedo ponerme humilde y decir que me falta valor para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir: toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas.

Ya no cierro los bares ni hagos tantos excesos, cada vez son mas tristes las canciones de amor.

Que el corazón no se pase de moda.

Que el fin del mundo te pille bailando.

Antes que la carcoma de la vida cotidiana acabara durmiendo en nuestra cama, pagana y arbitraria como un lunes sin clase se fue de madrugada, no quiso ser de nadie.

Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte.

Dueña de un corazón tan cinco estrellas.

La noche que yo amo no amanece jamás.

Con ella descubrí que hay amores eternos, que duran lo que dura un corto invierno.

El tiempo es un microbus que solo cruza una vez esta breve y absurda comedia.

La maldición del cajón sin su ropa.

No corras si te llamo de repente, no te vayas si te digo piérdete, a menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.

Se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo y puede que no exista el sitio adonde voy.

La llama que me quema cada vez que te veo me dice que es absurdo programar el deseo.

Hasta la suela de mis zapatos te echan de menos.

De ti depende y de mí que siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.

Que el diccionario detenga las balas.

Me envenenan los besos que voy dando.

Lo malo del después son los despojos, que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,el sístole sin diástole sin dueño.

¿Dónde encontrar una excusa para tan terca mudez?

Ruido mentiroso, ruido entrometido, ruido escandaloso, silencioso ruido.


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